Su padre fue noble y gran amigo del general Castaños.
Regresó en 1814, pero le acusaron de ser masón y la Inquisición lo detuvo brevemente en 1817.
Dedicated to the Youth of North America (Charleston, 1826), y otra que servía de preliminar al estudio de la lengua francesa por Levizac.
En febrero de 1833 regresó a España con Juan Van-Halen y con pasaporte español, pues el embajador en París, conde de Ofalia, se negó a visarle el estadounidense para hacerle concebir esperanzas de reiniciar su carrera diplomática en España.
Sufrió cuarentena en Bayona, acompañado de Pedro Pascual Oliver, el general José Castellar, José de Espronceda y Antonio del Riego.
En ese mismo año empezó a trabajar como redactor de Revista Mensajero.
Se hicieron famosos sus irónicos "Partes telegráficos" sobre política internacional.