[cita requerida] La Argentina logró alcanzar un 99.1 % (2016)[1] de cobertura en agua potable, constituyéndose con Uruguay en los países líderes en toda América Latina y el Caribe, mientras que América Latina tiene un 91 % de acceso a agua segura.
[9] Fuente: censo 2010[10] Según el Banco Mundial con datos, actualizados en el año 2012, de forma separada para áreas urbanas y rurales.
Aún en las ciudades con servicio continuo, muchos usuarios reciben agua con presión menor que el prescripto en las normas[cita requerida].
En algunas capitales provinciales, como Mendoza, Córdoba, Tucumán, Neuquén, Jujuy, Salta y San Juan la mayor parte de las aguas residuales fue tratada, mientras que en las dos regiones urbanas más grandes del país, Buenos Aires y Rosario, el tratamiento no alcanza el promedio del país,[15] lo que resulta en problemas graves para el medio ambiente.
:) Las enfermedades relacionadas con el agua más frecuentes en la Argentina son las gastrointestinales agudas, la paratifoidea, la fiebre tifoidea y las parasitosis intestinales.
La hepatitis (“A” y las sin especificar) presenta una fuerte incidencia, registrándose en 1997 en el ámbito nacional 30.661 notificaciones, evidenciando marcados incrementos en coincidencia con las áreas de bajo nivel socioeconómico.
Las marcas más difundidas de esta agua gasificada (“agua mineral gaseosa ”) eran Seltz, Sedlitz, Balaruc, se utilizaba más como una bebida medicinal pues era muy bueno para combatir problemas digestivos.
‘‘ Yo recomendaría que en la parte del río en donde hay una profundidad de doce a trece pies, se excavase u pozo de una hondura de 30 pies, abajo del fondo del río y que el fondo del pozo se hiciese un subterráneo abovedado bajo del río hasta la costa, y de allí a la tierra adyacente a las presentes reservas o depósitos, en donde se construiría una nueva estación, con los correspondientes reservas, filtros y cisternas cubiertas para el agua después de la filtración’’.
[18] En este contexto de creciente actividad, en 1939 se creó el Área Sanitaria Metropolitana, que aglomeraba a la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires en una sola unidad administrativa.
La única excepción estaba el área metropolitana de Buenos Aires, que continuó siendo atendida por OSN.
La concesión con mayor visibilidad fue suscrita en 1993 para el área metropolitana de Buenos Aires con un consorcio liderado por la firma francesa SUEZ[1], que luego dio origen a la empresa Aguas Argentinas SA.
Críticos de la concesión resaltan que el concesionario no cumplió con sus obligaciones previstas en el contrato.
Cuando el gobierno rescindió el contrato en 2006, argumentó que Aguas Argentinas falló en ejecutar sus funciones en cuanto a expansión de cobertura y calidad.
[24] Un factor que puede haber contribuido al término anticipado de la concesión fue su preparación precipitada.
Según Solanes las necesidades de la población pobre no estaban representadas en el contrato.
No se contempló subsidios para los pobres ni la expansión de cobertura fue fomentada, ya que conexiones nuevas no fueron asequible a muchas personas y usuarios nuevos deberían pagar para la expansión de la infraestructura.
Mientras que muchas otras provincias y municipios argentinos buscaron la participación del sector privado para mejorar los servicios de agua y saneamiento en la misma época, el caso de Salta tiene algunas características especiales.
Este proceso consultivo continúo con el concesionario después de que el contrato se firmara.
Por último, el gobierno “ignoro el paradigma tradicional de permitir pujar en la subasta solo a compañías con notable experiencia en agua potable y saneamiento”.
[37] También proporcionó un descenso significativo en los cortes del servicio y se mejoró la atención al cliente.
La situación además se fue deteriorando con el tiempo, pues las tarifas fueron congeladas mientras los costos operativos fueron aumentando por efectos de la inflación.
Las renegociaciones que fracasaron dieron origen a reclamos en el tribunal del CIADI.
Las instituciones suelen ser débiles y propensas a la interferencia política, lo que dificulta la aplicación de las normas.
[cita requerida] No existe aún una ley nacional de agua y saneamiento, aunque algunas provincias ya tienen la suya.
Catorce de las 23 provincias cuentan con entes reguladores, aunque éstos suelen tener una capacidad limitada y responsabilidades institucionales no bien definidas.
Consumidores medidos pagan una tarifa en dos partes, un cargo fijo que corresponde a 50% de la cuota fija con un consumo de 10m3 por mes incluido (base libre) más una parte que corresponde al volumen del agua consumido.
[49] Antes de la devaluación del Peso los niveles tarifarios estaban mucho más altos en US$.
Este programa incluye una serie de dos préstamos, llamados APL1 y APL2 según sus siglas en inglés.
El proyecto está ejecutado por el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.
[56] Este programa incluye una serie de dos préstamos, llamados APL1 y APL2 según sus siglos en inglés.