[3] En ese contexto, la consigna “La Tierra es para quien la trabaja” fue un lema del zapatismo.
[5] Durante los gobiernos de Venustiano Carranza, Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas, el agrarismo mexicano abandonó la lucha armada y desarrolló diversas experiencias sociales y políticas, entre ellas la conformación de la Confederación Campesina Mexicana, a la que siguió la Confederación Nacional Campesina.
[8] El agrarismo tuvo una faceta radicalizada, —surgida de las luchas e ideales de Villa y Zapata—, que impulsaba la independencia del movimiento campesino de las decisiones que pudieran tomarse desde el gobierno federal.
Úrsulo Galván, Primo Tapia y José Guadalupe Rodríguez Favela fueron algunos de sus líderes.
[9] En forma paralela, algunas organizaciones como la Asociación Católica de la Juventud Mexicana fundada por Bernardo Bergöend, se oponían a las políticas agraristas por considerar que respondían al modelo político socialista bolchevique.