Adolfo Bassó

Asimismo tuvo movilidad durante 35 años al servicio de las fuerzas armadas, lo que sin duda le otorgó un amplio conocimiento territorial del México decimonónico.

Su actividad naval coincide temporalmente con aquella prestada por ilustres marinos como Hilario Rodríguez Malpica Segovia, Manuel Azueta Perillos, Ángel Ortiz Monasterio y José María de la Vega González, quienes durante la presidencia de Francisco I. Madero se mantuvieron leales al gobierno constitucional.

Ese mismo día recuperó Palacio Nacional y obligó al general Gregorio Ruiz a rendirse, luego de apuntarle con su ametralladora.

Los fugitivos, junto con el general Gregorio Ruiz, intimaron la rendición del Palacio pero fueron rechazados por el comandante militar de la plaza, Lauro Villar, quien arrestó al general Ruiz y dio la orden de abrir fuego.

Herido Lauro Villar, Madero designó comandante militar de la plaza al general Victoriano Huerta.

Cuando Blanquet aprehendió a Madero, Bassó intentó disparar su arma contra este general sedicioso, sin lograr su cometido.