Adalberto II de Ivrea

Su padre encerró a la viuda de Lotario, Adelaida de Italia, y quiso forzarla para que se casara con Adalberto y consolidara su pretensión al trono.

Los magnates y los obispos se quejaron al emperador, quien envió en 957 a su hijo Liudolfo de Suabia.

Muerto Liudolfo, se vieron otra vez libres de Otón y volvieron a arremeter contra todo aquel que supusiese un estorbo en su deseo de gobernar sin oposición.

En el año de 960, se unió con su padre en el ataque al papa Juan XII, lo cual fue un grave error táctico, ya que le dio a Otón I el pretexto para acudir al auxilio del papa, logrando vencer a padre e hijo y ser coronado emperador.

Sus negociaciones con el Imperio bizantino le permitieron retirarse con su esposa Gerberga de Mâcon a Borgoña, donde falleció en Autun entre 971 y 975.