Matilde estableció en su testamento que sus tierras deberían ser entregadas a la Iglesia después de su muerte (ocurrida en el año 1115), pero sus herederos no cumplieron sus deseos ni aceptaron tales disposiciones.
En 1502 Hércules I de Este nombró castellano de Canossa al poeta Ludovico Ariosto, que vivió en el castillo durante seis meses.
En 1593, el castillo de Canossa fue enfeudado a los condes Rondinelli.
En 1642 el duque Francisco I de Este lo confió a los Valentini.
Estos últimos fueron expulsados en 1796 por la población rebelde de Reggio, que se unió a la República Cispadana instaurada por Napoleón.