El artículo primero del documento,[4] expresa se reconoce la contención de Venezuela de considerar nulo e írrito la decisión del tribunal que definió su frontera con Guayana Británica.
Por Venezuela se nombraron como comisionados, en esas negociaciones fuera de la competencia de la "Comisión Mixta", a Marcial Pérez Chiriboga, por la cancillería venezolana, Román Rojas Cabot, al embajador venezolano en Guyana y al asesor Luis Herrera Marcano.
Después de analizarlo, lo rechazó por ser lesivo a los intereses venezolanos y su reclamación territorial.
A pesar de ese incumplimiento y la improbación legislativa, las tres administraciones que se sucedieron durante el plazo que contemplaba la validez formal del proyecto del Protocolo de Puerto España, lo observaron, internacionalmente, como si fuera legal[16] y lo reinterpretaban o justificaban, simbólicamente como válido, con intenciones nacionalistas y populistas, para el consumo de la audiencia local venezolana.
El 21 de junio de 1970 y desde la oposición, el líder del Partido Progresista del Pueblo (PPP), Cheddi Jagan, manifestó que si su organización política lograba acceder al poder, desconocería al Protocolo de Puerto España; argumentó que ese tratado favorecía el mantenimiento del status quo y que Venezuela continuara su reclamo espurio sobre el territorio guyanés así como sus operaciones dentro del sistema interamericano.
[18] Durante su visita oficial, el presidente guyanés ya había manifestado que "Guyana no cederá ni un milímetro de su territorio".
[24][25][26] Las posiciones de las partes surgen de una interpretación diferente del artículo 1 del acuerdo: Para Guyana, la finalidad del acuerdo es inicialmente determinar si el Laudo Arbitral de París es nulo e írrito y que por lo tanto, a menos que Venezuela demuestre la nulidad, para el Estado guyanés el laudo es una sentencia definitiva.
Considera que la nulidad del Laudo Arbitral de París está implícita y explícitamente demostrada y aceptada en el texto del documento, firmado por Guyana cuando era aún colonia, y que sin ese reconocimiento, simplemente no tuviera sentido el acuerdo ni Guyana tendría que haberlo firmado.
[29] En Guyana fue criticado el Acuerdo de Ginebra por haber reabierto un caso que, para ellos, estaba cerrado.
Efectivamente, Cheddi Jagan quien se opuso al acuerdo y que para entonces era el jefe de la oposición guyanesa, fundador del Partido Progresista del Pueblo (PPP), y que en años posteriores fuera presidente de la república, en su obra "The West on Trial" (1996),[30] lamentó la reapertura del caso (Recognition was thus given to the spurious Venezuelan territorial claim, and what was a closed case since 1899 was re-opened[31])