[2] Para el feminismo abolicionista, la prostitución debe ser abolida, es decir, erradicada, no prohibida, porque es una institución patriarcal basada en la desigualdad entre varones y mujeres.
Esta corriente teórica considera que la explotación sexual y la prostitución son fenómenos inescindibles.
[8] Investigaciones realizadas en Canadá, Colombia, Alemania, México, Sudáfrica, Tailandia, Turquía, los Estados Unidos y Zambia mostraron que los actos de violencia, como violaciones, golpes, torturas, humillaciones, acoso, insultos, degradaciones, eran algo normal en la prostitución.
[26] Suecia ya no es un mercado y no hay inmigrantes o mujeres extranjeras que estén siendo traficadas desde otros países hacia Suecia para el comercio sexual, como suicede en la mayor parte de los países europeos.
Suprime la prostitución oficializada o estatal,[15] impone una condena moral a las prostitutas y supone la criminalización de las mismas.
[28] ONGs como la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida se ocupan de estos temas.
Hasta ahora, mostró que cuando los compradores se arriesgan a ser castigados, el número de varones que compran personas prostituidas disminuye y los mercados locales de la prostitución se vuelven menos lucrativos.
[40] El abolicionismo clásico,[3] no impone una condena moral a las mujeres en situación de prostitución.
[41] Considera que hay que desalentar la demanda sexual, apoya la criminalización del cliente, con la idea de controlar al consumidor - «sin cliente no hay putas» es el eslogan - pero cuestiona las deficiencias del sistema penal.
El abolicionismo se opone al regulacionismo, además, porque considera que potencia la trata de personas.
Un estudio en 150 países demostró que aquellos en los cuales la prostitución estaba legalizada y regulada por el estado, se potenciaba la trata de personas para explotación sexual.
[8] Investigaciones realizadas en Canadá, Colombia, Alemania, México, Sudáfrica, Tailandia, Turquía, los Estados Unidos y Zambia mostraron que los actos de violencia, como violaciones, golpes, torturas, humillaciones, acoso, insultos, degradaciones, eran algo normal en la prostitución.
Dicen que el acto de prostitución no es un acto sexual mutuo e igualitario ya que coloca a la mujer en una posición subordinada, reduciéndola a un mero instrumento de placer sexual para el cliente.
(Whisnant y Stark, 2004) Las abolicionistas adoptan un enfoque interseccional para comprender las relaciones de poder involucradas en la prostitución.
Es decir, consideran que la prostitución está atravesada por múltiples formas de poder social opresivo, no solo por el sexismo contra las mujeres.
Suprime la prostitución oficializada o estatal,[15] impone una condena moral a las prostitutas y supone la criminalización de las mismas.
[28] ONGs como la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida se ocupan de estos temas.
Hasta ahora, mostró que cuando los compradores se arriesgan a ser castigados, el número de varones que compran personas prostituidas disminuye y los mercados locales de la prostitución se vuelven menos lucrativos.
[40] El abolicionismo clásico,[3] no impone una condena moral a las mujeres en situación de prostitución.
[41] Considera que hay que desalentar la demanda sexual, apoya la criminalización del cliente, con la idea de controlar al consumidor —«sin cliente no hay putas» es el eslogan—, pero cuestiona las deficiencias del sistema penal.
El abolicionismo se opone al regulacionismo porque considera que potencia la trata de personas.
Un estudio en 150 países demostró que aquellos en los cuales la prostitución estaba legalizada y regulada por el estado, se potenciaba la trata de personas para explotación sexual.
En contraste, el Protocolo de Tráfico (2000), que también persigue la trata pero sin incluir medidas abolicionistas, ha sido ratificado por 171 estados.
El Parlamento Europeo puso de relieve los datos que confirman el efecto disuasorio del modelo nórdico sobre la trata de seres humanos hacia Suecia, donde la prostitución y la trata no han aumentado, y la población apoya cada vez más dicho modelo, especialmente los jóvenes, lo que demuestra que la legislación ha provocado un cambio en la actitud general de la población hacia la prostitución:[69]
Y en esa defensa de la dignidad, el abolicionismo ni está ni se le espera; las posturas abolicionistas no hacen otra cosa que ahondar en el estigma, no hacen otra cosa que no sea hacer un poco más profunda la brecha que separa a las putas del resto de la sociedad.
, precisamente porque nos posicionamos en contra de la trata, apoyamos la despenalización real y efectiva del trabajo sexual.».
[80] La OMS, afirman que quienes ejercen la prostitución tienen un riesgo de contagio de VIH y otras ETS mucho mayor que otras personas y propone despenalizar la prostitución para reducir el VIH.
[81][71] Según Rosa Montero, equiparar prostitución a trata es una equivocación, pocos grupos sociales sufren una discriminación tan absoluta como las prostitutas y el abolicionismo discriminaría sus derechos a prostituirse y no debe penalizarse el sexo.
Los resultados fueron sumamente decepcionantes: la prostitución sigue existiendo, el negocio se ha fugado a Internet y la precariedad de las que trabajan en las calles ha aumentado.
Los servicios sociales suecos retiraron a Eva la custodia de sus hijos por ejercer la prostitución, incluso aunque su expareja había mostrado ya comportamientos amenazantes.