La industria de la vagina
Jeffreys escribe que la prostitución se ha convertido en un «sector de mercado global floreciente e inmensamente rentable».[2] Una edición en castellano bajo la dirección de la editorial Paidós apareció en Buenos Aires en el año 2011.[3] La industria de la vagina recibió críticas positivas de Julie Bindel en The Guardian,[4] Sarah Nelson en Women's Studies,[5] A. K. en The Contemporary Review,[6] y Mindy A. Menn en el Journal of Sex Research.[7] El libro también fue revisado por Natalie Purcell en Feminism & Psychology,[8] Vidyamali Samarasinghe en Gender & Society,[9] y Nicola J. Smith en Review of International Political Economy,[10] y discutido por Kate Holden en Meanjin.[4] Nelson le concedió el mérito de haber demostrado «las formas en que los gobiernos ávidos de ingresos han despenalizado el comercio sexual», y concluyó que su «libro provocador [...] debería ser devorado por cualquier persona interesada en género, feminismo, globalización, economía, sociología, estudios culturales e historia».