El pueblo ugarítico, además, hizo importantes contribuciones a la escritura y a la religión, tanto semítica como en las fases iniciales del judaísmo, el hermetismo, entre otras corrientes religiosas y filosóficas que sentaron las bases de las distintas actuales, tanto en el cristianismo como en el mismo islamismo.Por estas contribuciones se puede identificar al pueblo que habitó Ugarit en su etapa histórica, que fue su período de esplendor y le dio su nombre, como un pueblo semita noroccidental, emparentado lingüística y religiosamente con los cananeos, ubicados más al sur.En 1928, Mahmoud Mella az-Zir, un campesino local alauíta, descubrió la entrada a la Necrópolis de Ugarit.Comparado el lugar descubierto en 1928 con grabados en vasijas cretenses que la indican en el mapa, conservados desde hacía generaciones, confirmaron la ubicación de la destacada ciudad perdida.Entre los palacios religiosos destaca uno dedicado al dios Baal y otro a Dagón, el espíritu ctónico del inframundo local principal..Fuentes:[11] La vinculación cultural e histórica con Egipto llegó a ser tan intensa que los hicsos alcanzaron el poder en Ugarit al ser expulsados del país faraónico, como casta dominante en lo político y económico, dirigiendo Ugarit durante los comienzos de su período de máximo esplendor (siglos XVI y XV a. C.).Los Pueblos del Mar, emparentados con la población balcánica del siglo XII a. C. (griegos, frigios, macedonios, tracios), destruyeron Ugarit atraídos por su riqueza, como lo hicieron también, y tal vez simultáneamente, con importantes ciudades egeas, anatolias e hititas, e intentaron hacerlo también en Egipto.Todos estos logros —comercio, escritura, etc.—, fueron obtenidos gracias al perfeccionamiento previo que en estos aspectos habían actuado los ugaríticos, pero que al ser exterminados, no pudieron disfrutar ellos sino los otros pueblos semitas de la zona, integrados en la posterior nación aramea.