Revolución Gloriosa

Sus políticas rápidamente erosionaron su apoyo, y para junio de 1688 la insatisfacción se convirtió en una resistencia activa, si bien aún sin armas.La deposición del monarca católico Jacobo II acabó con cualquier oportunidad de que el catolicismo fuese restablecido en Inglaterra.Ambos estados, por tanto, se hicieron aliados en la resistencia contra la expansión francesa, alianza que persistió por gran parte del siglo XVIII, a pesar de objetivos diferentes.Bajo el liderazgo de Guillermo, los recursos neerlandeses se enfocaron en la guerra terrestre con Francia, mientras que la Marina Real tomaba la batuta en altamar.Abandonando a los tories, Jacobo quiso formar un «Partido del Rey», para equilibrar a los tories anglicanos, así que en 1687 Jacobo apoyó la política de la tolerancia religiosa y emitió la Declaración de Indulgencia.Jacobo II estaba a la cabeza de un sofisticado y popular movimiento reformista al que el historiador Scott Sowerby bautiza como repealers,[6]​ un amplio movimiento nacional e ideológicamente coherente[7]​ cuyo principal objetivo era abolir siglo y medio de leyes penales que proscribían la adoración religiosa fuera de la iglesia oficial, marginando así no solo a católicos, sino a otros grupos protestantes conocidos como dissenters.El movimiento repealer, en palabras de Sowerby, «was a curious mixture of top-down state sponsorship and bottom-up popular organizing».[12]​ Pero para los enemigos del rey, estos eran muchos más y estaban ocultos esperando su oportunidad.Según Penn, la única solución para realmente anular estas teorías conspiratorias era la abolición efectiva de las leyes penales.Jacobo, sin embargo, había querido tratarlos solamente como posibles herederos, con la condición de que aceptasen su posición procatólica, lo cual ellos no habían querido aceptar por miedo a que la influencia francesa llegase a ser demasiado grande.Desde el verano de 1687, Guillermo había mantenido una correspondencia secreta con los principales líderes whig.Mucho del apoyo «espontáneo» posterior hacia Guillermo había sido organizado cuidadosamente por él y por sus agentes.Aun así, Guillermo todavía tuvo grandes problemas en convencer a la élite gobernante holandesa, los regentes, de que una expedición tan cara era realmente necesaria.A últimos de septiembre, Luis XIV tomó todos los barcos holandeses presentes en los puertos franceses, probando que la guerra con Francia era inminente.Luis XIV amenazó a los holandeses con una declaración de guerra inmediata si se empeñaban en seguir adelante con sus planes.Durante tres semanas, sin embargo, la flota de invasión no pudo zarpar del puerto naval de Hellevoetsluis, por las adversas galernas del suroeste que normalmente azotan en ese período, y los católicos, por todos los Países Bajos y las islas británicas, mantuvieron reuniones rezando para que este «viento del Papa» durase, pero a últimos de octubre llegó el famoso «viento protestante», cambiando a del este y permitiendo su marcha el 28 de octubre.La armada inglesa colocada en el estuario del Támesis vio pasar por dos veces a los holandeses, pero fue incapaz de interceptarlos; la primera vez debido al fuerte viento del este, y la segunda por una marea no favorable.Guillermo consideraba que su veterano ejército tenía el tamaño suficiente para derrotar a cualquier fuerza (todas bastante inexpertas) que Jacobo pudiera lanzar contra él, pero había decidido evitar los riesgos de una batalla y mantener una actitud defensiva, en la esperanza de que la posición de Jacobo se colapsaría al final por sí misma.Guillermo estaba preparado para esperar; había pagado a sus tropas tres meses de campaña por adelantado.En sus banderas se leía la proclama "Mantendré las libertades de Inglaterra y la religión protestante».Sin embargo, en las primeras semanas mucha gente evitaba cuidadosamente tomar partido; la nación, como un todo, ni se reagrupaba detrás de su rey ni daba la bienvenida a Guillermo, sino que esperaba pasivamente el resultado de los acontecimientos.Sus fuerzas más adelantadas se congregaron en Salisbury, y Jacobo partió para unirse a sus tropas el 19 de noviembre (calendario juliano).En realidad, en ese momento Jacobo solo estaba ganando tiempo, pues ya había decidido huir del país.Jacobo estaba convencido de que no podía confiar en su ejército, y dio órdenes para desbandarlo.Después de volver a Londres el día 16, Jacobo fue recibido por la multitud con vítores.Ante esto, tomó ánimos e intentó recomenzar el gobierno, incluso presidiendo una reunión del Consejo Privado.Jacobo fue llevado a Rochester, Kent, bajo una guardia holandesa el 18 de diciembre (calendario juliano), justo cuando Guillermo entraba en Londres.Esta asamblea convocó una Convención y el 28, Guillermo aceptó las responsabilidades del gobierno.En Irlanda, los católicos locales dirigidos por Richard Talbot, I conde de Tyrconnell, que había sido discriminado por anteriores monarcas ingleses, tomó todos los lugares fortificados del reino excepto Derry, conservando el reino para Jacobo.Inglaterra se mantuvo relativamente en calma durante todo este episodio, aunque algunos ingleses jacobitas lucharon en Irlanda.
Jacobo II
Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, duque de Normandía.
Guillermo III
Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda; estatúder de Güeldres, Holanda, Zelanda, Utrecht y Overijssel.