En otras palabras, considera el saber como incompleto y sostiene que el conocimiento humano es relativo, subjetivo e incapaz de ser objetivo, ya que está influenciado por la historia y otras ideas preconcebidas.
El relativismo se relaciona con la actitud antimetafísica desarrollada en campos como: la filosofía, la antropología, la sociología, entre otros.
Así, por ejemplo, no es relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas; esto es obvio y nadie lo ha negado.
Oswald Spengler escribió: “Toda cultura tiene su propio criterio, en el cual comienza y termina su validez.
Sócrates y Platón consideraron inadmisible el punto de vista relativista, tanto por sus consecuencias en el plano moral como político, porque la veían como una teoría absurda que hace imposible el conocimiento.
Por esa razón una discusión conveniente del mismo debe hacerse distinguiendo los tipos particulares de relativismo.
Cuando se afirma que el conocimiento cierto es relativo a condiciones propias del sujeto (intereses personales, creencias previas, estado de ánimo...) entonces se suele hablar de Subjetivismo, y a veces recibe un tratamiento independiente.
El Relativismo es conceptualmente cercano al escepticismo, aunque este llega más lejos: no solo es imposible establecer verdades absolutas, sino que no se puede llegar a conocer con certeza ninguna verdad.
Las primeras afirmaciones del Relativismo se inician en Grecia con los sofistas, siendo el más famoso Protágoras de Abdera con su expresión «el Hombre es la medida de todas las cosas», y fue desarrollado dos mil cien años después por Descartes con la polémica entre el racionalismo y el empirismo.
El desarrollo fundamental es en torno a dos temas o dos posturas, diferentes en su tratamiento: el relativismo cognitivo (hay diversas interpretaciones del conocimiento) y el moral (hay normas culturales que se encuentran en cada sociedad particular).
El Relativismo cognitivo es el que centra sus argumentos en la incapacidad del conocimiento humano para establecer verdades universalmente válidas.
Estas estructuras que hacen relativa a toda afirmación son: el lenguaje, la cultura, los paradigmas de un período histórico, las creencias religiosas, el género, raza o estatus social y, sobre todo, la experiencia e historia de cada individuo.
Este subjetivismo suponía que cada individuo y cultura debería vivir según sus propias convicciones.
Se plantea el problema del relativismo cultural, cuando afirmamos que la diversidad de ideas y valores entre las distintas sociedades es irreducible; no se puede juzgar un elemento cultural desde otra sociedad, lo único importante es que tenga sentido dentro de esa cultura.
El relativismo cultural llega a afectar seriamente la moral como usos y costumbres, magnificando el concepto: no hay una verdad absoluta y ésta depende de cada individuo en un espacio o tiempo concreto o intereses.
Un nuevo principio incorporable al conocimiento científico es la relativización, no deseable como categoría o como marco, perfeccionando la percepción de las metodologías.
Sin embargo, el origen del valor concreto de las constantes físicas fundamentales (incompleta) se cree que dicho valor quedó fijado en el big bang de manera contingente, y no necesaria.
Existiría un relativismo moral estricto si tales vínculos causales cambiaran con las épocas o con las sociedades en las cuales se realizan.
Relativismo cultural también se dice llamar que es donde la cultura se relaciona La originalidad de este sistema metafilosófico, es afirmar, que la “existencia” ya no es “algo” en el "Porque-Sí" lógico, sino en el "Porque-Está" metalógico.