Vandea

El litoral vandeano está formado mayoritariamente por largas playas de arena, con algunas zonas rocosas como en Saint-Gilles-Croix-de-Vie, y áreas pantanosas en la bahía de Bourgneuf al norte y la bahía del Aiguillon en el sur.Tiene dos islas habitadas: El bocage cubre la mayor parte de la Vendée y corresponde a la extensión meridional del macizo Armoricano.La rebelión inicial pronto desencadenó una guerra civil que fue brutalmente reprimida tras su derrota.[4]​[5]​ El amargo recuerdo de los excesos cometidos por las «columnas incendiarias» del general Turreau en 1794 marcó profundamente el carácter vandeano.Encargó a los arquitectos Cormier y Valot que diseñaran una ciudad moderna con calles rectas dispuestas en ángulo recto alrededor de una amplia plaza mayor, pero definió también su vocación militar dotándola de varios cuarteles para el ejército.[6]​ Durante el siglo XIX, se confirmó el carácter profundamente rural de la Vendée.Los movimientos de resistencia fueron escasos (se contabilizaron dos grupos combatientes reducidos), en parte debido a la situación difícil creada por la ocupación alemana, y por otro lado debido a la tradición ultraconservadora del departamento.Poblaciones costeras como Saint-Hilaire-de-Riez, Saint-Jean-de-Monts, Les Sables-d'Olonne o Saint-Gilles-Croix-de-Vie son reputados destinos vacacionales.Si el turismo es la primera actividad económica de la Vendée, la agricultura sigue siendo relativamente importante, sobre todo la ganadería y la avicultura.Aparte de la pesca en alta mar, la ostricultura y la piscicultura están desempeñando un papel cada vez más relevante.En la Vendée, tiene su sede (y su origen) la empresa Bénéteau S.A., primer constructor mundial de veleros.
Castillo e iglesia de Mareuil-sur-Lay.
Antiguo molino de agua restaurado en Nieul sur l'Autize.
La playa de Les Sables d'Olonne.
Saint-Gilles-Croix-de-Vie.