Paul Morphy
Bobby Fischer y Viswanathan Anand lo consideran uno de los diez mejores ajedrecistas de todos los tiempos,[1][2] y Fischer lo llegó a describir como "posiblemente el jugador más preciso que jamás haya existido".Pero después de graduarse en 1857, aún no tenía la edad suficiente para ejercer como abogado y se encontró sin nada que hacer.Su madre, Louise Thérèse Félicité Thelcide Le Carpentier, fue la musicalmente talentosa hija de una distinguida familia criolla.Su padre y su tío no se habían dado cuenta de que Paul siquiera conociera las reglas del juego, mucho menos la estrategia.En 1846, el famoso general Winfield Scott visitó la ciudad, y avisó a sus anfitriones que deseaba una noche de ajedrez con un experto jugador local.El ajedrez era un pasatiempo ocasional de Scott; disfrutaba del juego y se consideraba un ajedrecista formidable.Después de cenar, se pusieron las piezas, y le presentaron a su oponente: el pequeño Paul.Morphy le venció dos veces, la segunda vez anunciando un jaque mate forzado en seis jugadas.Como dos derrotas contra un niño era todo lo que podía soportar el ego de General Scott, declinó seguir jugando y se retiró para la noche.En 1850, cuando Morphy tenía doce años, el maestro húngaro Johann Löwenthal visitó Nueva Orleans, y Alonzo le invitó a jugar contra su hijo.Estudiando diligentemente, se graduó en el Spring Hill College de Mobile (Alabama), en 1854.Como no tenía la edad suficiente para practicar el derecho, Morphy volvió al ajedrez.Al principio lo declinó, pero animado por su tío, cambió de opinión y decidió participar.En el otoño de 1857, quedándose en Nueva York, Morphy jugó 261 partidas, tanto regulares como con handicap.Por su juventud y la escasa reputación del ajedrez estadounidense, la opinión sobre Morphy en Europa no era tan alta como en los Estados Unidos.Así que en 1858 Morphy llegó a Inglaterra y trató varias veces de acordar un encuentro contra Staunton; pero el campeón ya no parecía tan ansioso por jugar como lo había estado cuando Morphy se encontraba en América, y no fue esclavo de su palabra.[7] Pese a su enfermedad, Morphy triunfó fácilmente, con este resultado: siete victorias, dos derrotas, y dos tablas.En París, en un banquete en su honor, el busto de Morphy, del escultor Eugène-Louis Lequesne, fue coronado con laurel.Además, varios periódicos le pidieron que escribiera para ellos columnas sobre ajedrez, y dieron su nombre a un club de béisbol / pelota base en su honor.Su biógrafo David Lawson dice “podría ser que formara parte del personal de Beauregard” (un general sureño).Sus admiradores nunca dejaron de pedirle que volviera al ajedrez, pero él siempre lo rechazó.En general, su vida se rigió por una incomprensión y un complejo mental que lo frenaba en todo lo que buscó; su afán de mejorarse lo volvió retraído de joven, como a cualquier hombre genial le suele suceder.Según la autopsia, había sufrido una apoplejía provocada por entrar al agua después de un largo paseo con el calor del mediodía.La mansión de los Morphy, vendida por la familia en 1891, se convirtió en el famoso restaurante Brennan’s.Morphy sabía lo correcto por intuición y a este respecto se le ha comparado con José Capablanca.[10] Bobby Fischer, notó el "talento extraordinario de Morphy y Capablanca",[11] y llegó a afirmar que Morphy tenía el talento necesario para vencer a cualquier jugador de cualquier era si se le concedía tiempo para estudiar la teoría moderna.[13] Garry Kasparov, Viswanathan Anand y Max Euwe afirmaron que Morphy estaba muy avanzado para su tiempo.