Bernard de Montfaucon

Durante los diez años siguientes tradujo la regla monástica Typicum de Irene Ducaina, los tratados sobre medidas de Herón de Alejandría y la Logarique de Alejo I Comneno, que fueron incluidos en Analecta graeca,[1]​ compuesta en colaboración con Antoine Pouget y Jacques Lopin; publicó una demostración de la autenticidad del Libro de Judit contra las tesis protestantes que negaban su valor canónico[2]​ por la que recibió la felicitación del obispo Bossuet, y trabajó en la edición de las obras de San Atanasio[3]​ que Dupin calificó como "una obra incomparable", al tiempo que aprendía hebreo, siríaco, samaritano, copto, algo de árabe y también numismática.

La proyectada edición de las obras de San Juan Crisóstomo requería documentación que no estaba a su alcance en Francia, y así en mayo de 1698 Montfaucon partió hacia Italia junto con Paul Brioys para investigar en las bibliotecas de Milán, Módena, Venecia, Rávena, Bolonia, Florencia, Montecasino y sobre todo Roma, donde durante un breve periodo se desempeñó como procurador general de la congregación ante la corte papal de Clemente XI.

En una edad madura, con una sólida formación y amplia experiencia, apasionado por el estudio, constante en el trabajo, elocuente y de memoria prodigiosa, frugal en sus costumbres y con una salud de hierro, comenzó el periodo más fecundo de su vida rodeado por una cohorte de discípulos popularmente conocidos como "los bernardinos", entre los que se hallaban Martin Bouquet, Jacques Martin, Simon Mopinot, Claude de Vic, Joseph Vaissète, Charles de la Rue, Guillaume le Sueur, Vincent Thuillier o el Abate Prévost, y carteándose asiduamente con eruditos de toda Europa.

Continuó la edición de las obras completas de San Juan Crisóstomo, que había iniciado 30 años antes y tardaría todavía otros 20 en culminar;[17]​ publicó su obra más extensa y curiosa: L'Antiquité expliquée et représentée en figures, 15 volúmenes preciosamente ilustrados en los que explicaba las costumbres, religión, ceremonias, juegos, armas, indumentarias, medidas, navegación, obras públicas y objetos de uso cotidiano de los antiguos griegos, romanos, egipcios y galos, que fue un éxito de ventas: la tirada de 1.800 ejemplares se agotó en dos meses;[18]​ y a semejanza de ésta y como su continuación sacó Les monuments de la monarchie françoise, una historia de Francia desde los primeros tiempos hasta la época de Enrique IV que también incluía abundantes grabados.

[19]​ Su última publicación fue un catálogo de todos los manuscritos conservados en las principales bibliotecas de Francia, Italia, Alemania e Inglaterra.

Saint-Germain-des-Prés.
Luchador griego, en L'Antiquité expliquée .
Portal de S. Germaine, en Les monuments de la monarchie françoise .
Abraxas , en L'Antiquité .