Cuando él tenía doce años su madre profesó en un convento de ursulinas de Tours; posteriormente marcharía como misionera a Canadá.
Tras pasar por el seminario en Thiron y estudiar Filosofía y Teología en Jumièges, fue ordenado sacerdote.
En sus últimos años, alegando su avanzada edad y delicada salud, solicitó le relevaran del priorato.
Alabado por sus correligionarios como ejemplo de virtudes cristianas, murió en Marmoutiers a los 77 años de edad con fama de santidad.
Dejó escritas varias obras teológicas y litúrgicas, además de la biografía y epistolario de su madre: