Tiene una amplia distribución geográfica en todo el Viejo Mundo (Eurasia y África), con numerosas subespecies según las regiones.Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse.El color del adulto lo determina el medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca).Utiliza sus fuertes patas delanteras para atrapar a sus presas y devorarlas vivas.Cuando otro insecto se posa junto a ella, lo observa girando la cabeza (las mantis tienen muy buena vista) y lanzándose al ataque de inmediato.Para alimentarse, es capaz de cazar ranas, lagartijas, pequeños ratones, polillas y colibríes.[5] Si bien tienen preferencias por animales vivos para su alimentación, en cautiverio también pueden llegar a alimentarse de insectos muertos, siempre que alguien se los acerque a sus patas raptoras o boca, aunque su actividad predadora se ve disminuida.[cita requerida] Mantis religiosa, santateresa, teresa, campamocha o mecedora (México), esperanza (República Dominicana), tara, cerbatana (Venezuela, Daimiel y Malagón en Ciudad Real), usamico, Mboi sy (en guaraní, Paraguay), tatadiós Cordobés, mamboretá (Argentina, Uruguay), comepiojos, matapiojos, matacaballo, armacaballo, labadio (Colombia), maríagarcía (Porcuna, Jaén), arcalabatruca (Mijas, Málaga), marirramos (Maragateria, León), muerte (Arroba de los Montes, Ciudad Real), caballito del diablo (Villarrubia de los Ojos y Fuente el Fresno, Ciudad Real), silbata (Viso del Marqués, Ciudad Real) o mula del diablo (zonas rurales de Costa Rica).