Arminio
Se desconoce cuál era su nombre germánico original, pero no es probable que Arminius sea una adaptación latina del mismo, por las convenciones romanas en la onomástica de aquel tiempo.Arminio nació en el año 17 a. C. o 16 a C. Era hijo de un jefe querusco llamado Segimer (en latín, Segimero).Desde el año 4 (con apenas 20 años) comandó un destacamento de queruscos como fuerza auxiliar romana y luchó en las guerras panónicas en la península balcánica.Tácito, en su obra Germania, hace una brillante descripción de sus fieros ojos azules, cabellera rubia y corpulencia.Tras esta batalla ninguna legión del Imperio romano volvió a llevar los números XVII, XVIII y XIX.Tras esta derrota, el nuevo emperador Tiberio mandó a su sobrino Germánico, que venció aunque no consiguió capturar o matar a Arminio, y recuperó la provincia y el honor de Roma.En el año 15, Germánico atacó otra vez los asentamientos germanos y capturó a Thusnelda, la esposa de Arminio, que fue entregada a los romanos por su propio padre Segestes como un acto de venganza contra Arminio.La última batalla importante entre Germánico y Arminio tuvo lugar en el año 16 en Idistaviso (Angrivarierwall), cerca del río Weser, y se saldó con victoria romana, ya que al terminar la batalla, los romanos habían perdido 1000 soldados mientras que los germanos dejaron sobre el campo 15 000 cadáveres.Tácito tenía razón al llamar a Arminio “el hombre que liberó Germania”.Una vez que Roma se retiró detrás del Rin, una guerra rompió la alianza entre Arminio y Marbod, el rey de los marcomanos (marcomanni) en la actual Bohemia (República Checa), el otro caudillo importante de la época.[6] La pretensión de Arminio se constituyó en el primer intento unificador germano, siendo esta idea influenciada por su educación romana, ya que si bien él admiraba a Roma y quería los beneficios de la romanización para su pueblo, lo quería hacer sin la propia Roma; esto fue visto por los rebeldes germanos, que inicialmente lo apoyaron, como una traición a la libertad por la que tanto habían luchado, cambiando a un tirano (Roma) por otro (Arminio).