[2] Por su parte, Theodor Mommsen dijo de él: «Parecía que, en aquel prosaico tiempo, hubiera reaparecido un héroe homérico».
[18] Según la mayor parte de las fuentes, en especial Tito Livio, Viriato era originalmente un pastor que se hizo cazador y soldado.
[33][34][35] Galba sería más tarde juzgado por el Senado de la República romana pero resultaría absuelto.
[39][34] Un guerrero lusitano acabó con la vida de Vetilio al tomarlo por un soldado sin valor, ante la vejez y gordura del romano.
[44] Podrían haber sido también por estas fechas que tuvieron lugar las difícilmente datables expediciones contra la comarca del Ebro mencionadas en fuentes.
[45] Apiano afirmó que el caudillo, durante la batalla contra Plaucio, se retiró estratégicamente a un monte llamado de Venus o Mons Veneris.
Durante los años posteriores, a pesar del ataque de Lelio, Viriato hostigaría a los romanos citeriores liderados en 143-142 a. C. por el cónsul Quinto Cecilio Metelo y el legado Quinto Cocio Aquiles, y conquistaría la ciudad de Itucci o Tucci —la actual Martos[30] o bien Tejada la Vieja[64]— y la región de la Bastetania.
Aunque con grandes dificultades, Serviliano les derrotó y acabó con la vida de Curio.
[74][75] El foedus con los lusitanos sería visto con malos ojos por otros generales romanos —deformem pacem[76]—, por considerarlo una cesión inaceptable y vergonzosa ante Viriato,[68] y Serviliano sería sustituido por su hermano Quinto Servilio Cepión, que reanudaría la guerra en la región previo permiso del Senado.
Cepión se adentró profundamente en Hispania en pos del caudillo, en territorios pertenecientes a las tribus de los vetones y los callaicos.
[80] Sin embargo, en el año 139 a. C. Viriato tuvo que volver a intentar pactar con Roma, esta vez directamente con Cepión.
[80] El caudillo habría enviado a los turdetanos Audax, Ditalco y Minuro como embajadores.
[81][82] Según Apiano, Cepión prometió a Audax, Minuro y Ditalco la entrega de grandes riquezas, ventajas personales y tierras si se encargaban de asesinar a Viriato.
[81][82] Se contempla tanto que la iniciativa del asesinato partiera inicialmente de estos tres, proponiéndoselo a Cepión a cambio de una recompensa, como que proviniera del mismo Cepión, quien les habría sobornado tras acudir estos sin mala fe.
[85] Tras su muerte recibió por parte del ejército lusitano un magnífico funeral, en el que fue incinerado, con la realización de distintos sacrificios animales —posiblemente también humanos, a la manera lusitana—[86] y más de doscientos combates en honor del fallecido.
[90][89] Finalmente el cónsul Marco Popilio Lenas entregó a los lusitanos las tierras que habían sido la causa de la larga guerra.
[93] En cualquier caso también existieron autores clásicos, como Veleyo Patérculo y Amiano Marcelino, que lo tildaron de simple bandido.
[96] Más recientemente, Schulten intentó asociar la figura de Viriato a la de otros héroes populares como Vercingétorix, Arminio, Tacfarinas, Decébalo,[98] o bien con Sertorio,[99] quienes lucharon contra la República y el Imperio romanos.
Según las fuentes romanas Viriato era un guerrero y líder carismático, con buena capacidad para la oratoria.
[104] En otro fragmento Diodoro elogió la justicia y generosidad del guerrero lusitano,[105] pareciendo querer mostrar las cualidades de un gobernante ideal.
[106] Habla el Mármol Memoria soy del más famoso pecho Que el Tiempo de sí mismo vio triunfante; En mí podrás, oh amigo caminante, Un rato descansar del largo trecho.
[126][127] Só porque lembra o que esqueceu, Vivemos, raça, porque houvesse Memória em nós do instinto teu.
En su poema Punica, Silio Itálico representa a otro líder lusitano y galaico llamado Viriato, que abate en el texto a un romano de la familia Servilia (presumiblemente Cneo Servilio Gémino) antes de caer él mismo ante Lucio Emilio Paulo, y lo acompaña de una referencia al Viriato más famoso.
[134][135] En 1904 el intelectual Teófilo Braga —que llegaría a ser presidente de la Primera República Portuguesa— escribió un romance histórico sobre Viriato titulado en honor al caudillo.
Sin embargo, no se recoge a la figura histórica de Viriato, sino que el escritor eligió el nombre del líder lusitano para nombrar a otros de sus personajes.
[113] El historietista Manuel Gago le dedicó por otra parte un cómic,[141] mientras que más recientemente, en Portugal y en España, se ha llegado a comparar la figura de Viriato con la del conocido personaje de cómic Astérix.
[142][143][144] Ya en el siglo XXI, Viriato ha inspirado distintas novelas, así como una serie de televisión: Hispania, la leyenda, con tres temporadas y 20 episodios en los que se relata la historia de Viriato y su lucha contra los romanos.
En el primero aparece mencionado «el brazo de Viriato sosteniendo la Seña Bermeja», mientras que la bandera —precisamente esta «Seña Bermeja»— está compuesta por ocho tiras rojas que representarían ocho victorias obtenidas por Viriato sobre diversos pretores y cónsules romanos.
[169] Otras localidades portuguesas relacionadas con Viriato —según Teófilo Braga, en su novela histórica Viriatho— son Loriga, Viseo, Folgosinho, Ceia y Covillana, citadas todas ellas como posibles lugares de origen del caudillo.