Es un artista inquieto estilísticamente que se ha dejado influir por casi todas las tendencias musicales de la segunda mitad del siglo XX.
Durante esa época, su carrera en solitario con Blue Note siguió adelante, destacando con cuatro sofisticadas composiciones: Maiden Voyage (en su disco homónimo), Cantaloupe Island, Goodbye to Childhood y Speak Like a Child.
Tocó también para el productor Creed Taylor y compuso la banda sonora para la película Blow Up de Michelangelo Antonioni, Empyrean Isles (1964), que le abrió las puertas a futuras colaboraciones con el mundo del cine.
Abandonó a Davis en 1968 y grabó un disco de funk, Fat Albert Rotunda; en 1969 formó un sexteto que causó sensación.
Disolvió su banda en 1973 y, tras estudiar budismo, decidió que su objetivo debía ser hacer feliz a su público.
Manejando todos los sintetizadores él mismo, Hancock grabó varios álbumes electrónicos.
Tras su álbum tecno-pop de 1988 Perfect Machine, Hancock abandonó la compañía Columbia (su sello desde 1973) y firmó un contrato con Qwest que se tradujo en pocos resultados artísticos, si se exceptúa A Tribute to Miles de 1992.