Durante sus estudios, conoció a algunos estudiantes, Pierre Morhange, Norbert Guterman y Georges Politzer, a quienes se unió en 1924 para dirigir un grupo llamado Philosophies, que también es el nombre de la revista que publican.
El grupo de Philosophies evoluciona, según Lefebvre,[3] desde el culto al "Espíritu" hasta el materialismo dialéctico.
Como muchos otros miembros del grupo, Henri Lefebvre se unió al Partido Comunista en 1928-1929.
Al no tener la agregación, debe hacer varios trabajos pequeños y luego obtener un puesto de profesor en Privas (Ardèche), donde dirige la célula comunista local.
Amenazado con el despido tras una manifestación contra el político André Tardieu, fue trasladado automáticamente a Montargis (Loiret) en 1931, donde enseñó hasta la guerra.
En la década de 1930, comenzó a publicar libros sobre su concepción del marxismo, solo o en colaboración con Norbert Guterman.
Tradujo a Karl Marx, y prosiguió una línea de reflexión basada en un marxismo humanista.
Su interés ya no por las estructuras, sino por las coyunturas, le acerca al movimiento situacionista.
En 1928, ingresó en el Partido Comunista Francés, donde militó durante una década, antes de abandonar una estructura en exceso rígida y sujeta a la disciplina estalinista.
Lefebvre consideraba necesario que la cotidianidad se libere de los caracteres impuestos por el capitalismo a la vida individual y colectiva.
En su elaboración del materialismo dialéctico, el individuo y la praxis de lo concreto ocupan un sitio central.
Proponiéndose una antropología social alternativa, Henri Lefebvre sostuvo la necesidad de que la "cotidianidad" se libere del papel que reviste bajo el capitalismo, cuya función es reproducir los caracteres impuestos a la vida colectiva por las clases dominantes.
La cotidianidad es un tipo de depósito subterráneo en el cual se sedimentan los convenios y las mentiras del poder.