Nanterre

Tras realizar diversas excavaciones arqueológicas en su término y localizar diversos yacimientos arqueológicos, está atestiguada la ocupación del territorio de Nanterre ya al menos durante el Neolítico, período al que corresponde el hallazgo de diversos útiles e instrumentos elaborados en piedra.

El nombre, latinizado como Nemetodurum y luego como Nemptodoro, fue sometido a proceso de afrancesamiento, para pasar a ser Nantuerre y Nanturra, de donde finalmente se llegó al actual Nanterre.

Numerosos sarcófagos merovingios, descubiertos bajo la catedral en excavaciones efectuadas en 1973, atestiguan la importancia de Nanterre durante este período.

Paul Berrier hizo edificar un colegio, cuya primera piedra fue colocada por la reina en 1642.

Durante este período se instaló en Nanterre una comunidad de monjes del Calvario.

Además, las levas de hombres con destino al Ejército francés suponían una gran carga para la vida cotidiana.

François Hanriot, que había nacido en Nanterre, fue guillotinado al día siguiente, el 28 de julio.

Con la Revolución industrial, a finales del siglo XIX, se produce el gran salto de Nanterre, puesto que en la ciudad los industriales encuentran espacio disponible a precios asequibles, mano de obra y proximidad a las grandes redes de comunicación.

Así, en 1935 la lista Unité d’action anti-fasciste (Unidad de Acción Antifascista) logró hacerse con la Alcaldía, a la que llegó Raymond Barbet, un joven ferroviario del Partido Comunista Francés.

Nanterre en la « Petite Couronne ».