Hasta fecha reciente este colosal repertorio apenas era conocido internacionalmente, ya que la fundación (de acuerdo al señor Barnes) gestionaba su colección bajo condiciones muy estrictas: no prestaba ninguna obra para exposiciones y restringía el acceso del público general para favorecer una contemplación tranquila del arte y dar prioridad a la formación didáctica, mayormente de estudiantes y clases sociales desfavorecidas.
La construcción de la nueva sede para los cuadros y su traslado se culminó en 2012, tras diversos conflictos judiciales; la decisión había sido recurrida (sin éxito) por la asociación Friends of the Barnes and Montgomery County, Pennsylvania en el tribunal de Montgmonery Counthy Orphan.
En 1922 Barnes comenzó a transformar su colección en una institución cultural, y el mismo año comenzó el trabajo de construcción del centro y a redactarse la carta fundacional de lo que sería la Fundación Barnes.
[1][2][3] Dewey involucró a dos de sus alumnos para que lo ayudaran, Lawrence Buermeyer (1889-1970) y Thomas Munro.
Se dice que Matisse saludó la escuela como el único lugar «sano» de Estados Unidos para ver arte.
Entre 1993 y 1995 una selección de 83 pinturas impresionistas francesas emprendió una gira mundial, lo que permitió recaudar fondos para la reparación.
Este proyecto desagradó a los vecinos y provocó un largo conflicto judicial; la Fundación se ubicaba en un suburbio residencial muy tranquilo, con grandes jardines y calzadas estrechas, que no estaba urbanizado para acoger el tráfico de autobuses turísticos.
Entre los requisitos más problemáticos destacaba la permanencia en Lower Merion; muchas autoridades opinaban que un conjunto artístico tan valioso debía estar en el centro de Filadelfia, integrado en el circuito museístico y turístico.
La Fundación Barnes siguió adelante con sus planes de trasladar su colección de arte al Benjamin Franklin Parkway,[9] y anunció en 2007 que los arquitectos Tod Williams y Billie Tsien diseñarían su nueva sede allí.