Durante su época escolar es introducido a la pintura por su tío materno, el comerciante textil Paul Haumonté-Faivre.
En 1875 Seurat ingresa en la escuela municipal nocturna de dibujo, en la clase del escultor Justin Lequien.
Allí conoce a Edmond Aman-Jean, con el que mantuvo una estrecha amistad toda su vida.
Durante 1884 inició su primer gran obra, un enorme lienzo titulado Un baño en Asniéres que en 1886 fue vendido al Louvre.
Seurat compartió sus nuevas ideas acerca del puntillismo con Signac, quien posteriormente pintó con la misma técnica.
Después se mudó del bulevar de Clichy a un estudio cercano más tranquilo donde vivió secretamente con una joven modelo, Madeleine Knobloch, que en febrero de 1890 dio a luz al hijo del artista.
No fue sino hasta dos días antes de su muerte que presentó su joven familia a sus padres.
En este año expone con los Independientes El Chahut y Mujer con polvera, un retrato de Madeleine Knobloch.
Seurat pasa su verano en el mar del Norte, en Gravelines, donde vuelve a pintar marinas.
Su muerte evitó que completara sus investigaciones en el puntillismo, el divisionismo y en la física de los colores.
Pensaba que un pintor podía usar el color para crear armonía y emoción en el arte de la misma forma que los músicos usan variaciones del sonido y el tiempo para crear armonía en la música.
[1] Un contacto estrecho con el bibliotecario de La Sorbona, Charles Henry, le dio una mayor certeza sobre sus hipótesis.
(ley del contraste simultáneo de colores), ya conocida por Eugène Delacroix y los impresionistas, pero nunca aplicada con tanto rigor.
Según la teoría de Chevreul, un color no existe en sí mismo, sino sólo en relación con los que lo rodean.