La ciudad antigua tiene casas medievales con entramado de madera y arquitectura renacentista, que incluye callejones cubiertos con arcos del XVII.
Sus socios comerciales predilectos son Gran Bretaña y el norte de Europa.
Los nobles de la ciudad rehúsan, lo que provoca el asedio del puerto por las tropas reales en 1572.
Con la ayuda por mar de los ingleses, la ciudad resiste y obtiene una paz negociada.
Los ingleses no logran compensar la inferioridad de los asediados y la ciudad es vencida.
El comercio se derrumba, el cambio de política religiosa lleva a las conversiones forzosas al catolicismo, religión de Estado, y familias enteras huyen a New Rochelle en América.
La Rochela era en aquella época el segundo puerto negrero de Francia tras Nantes.