El nombre de Villa Dolores con que Alejo lo bautizó es un homenaje a su esposa.
Los lobos marinos nadaban en una piscina con agua que era bombeada desde el Río de la Plata.
Se hizo una enorme plantación de varias especies forestales y ornamentales, destacando las palmeras ubicadas bordeando las avenidas.
Para una mejor visualización del espectáculo por el público, se levantó un anfiteatro provisto de gradas.
Durante buena parte del siglo XX, el estilo victoriano será el que domine la muestra, en donde varias generaciones de uruguayos conocieron por primera vez a animales que solo habían visto en fotografías: rinocerontes, leones, tigres, jirafas, aves tropicales, etc.
Logró erigir progresivamente nuevas construcciones, a la vez que modificó los pabellones existentes.
Entre las obras que se ejecutaron en este periodo destacan: Se aumentó notablemente la colección en exhibición mediante la compra o canje con instituciones zoológicas de todo el mundo, y con empresas proveedoras de animales, como la australiana Steinfort Bros., la inglesa Rogers, o la alemana Hagenbeck.
Al crearse el Museo Zoológico Dámaso Antonio Larrañaga dichos ejemplares fueron llevados a él, aunque algunos ejemplares duplicados fueron trasladados al Museo de Historia Natural de Enseñanza Secundaria.
Se propone como una ubicación adecuada para su nuevo emplazamiento a la localidad de Santiago Vázquez.
[3][4] Esta comisión produjo un plan, por el cual se divide al predio en 3 zonas: Americana, Asiática y Africana.
Esto demandaría la llegada de nuevas especies, y como contraparte, el traslado de los integrantes del plantel del zoo que no cuadren con el objetivo buscado, pero se hará una excepción con dos animales emblemáticos, la hipopótama y la jirafa (nacida en este zoo), los que seguirán viviendo en Villa Dolores hasta el fin de su ciclo vital.
Todos los recintos y su distribución serían totalmente readecuados al concepto pretendido, acompañado por un repoblamiento forestal acorde.
Será poblado por variada flora, un arroyuelo y cascadas, para recrear así una selva tropical.
Ellos se niegan a permitir el traslado de los pensionistas, bajo el convencimiento de que en razón del presupuesto —según ellos— exiguo, temen que se esté escondiendo un cierre velado del predio.
Dicho proyecto culminó con la reconversión del zoológico, en el cual si bien se mantuvieron especies autóctonas y aquellas las cuales no pueden trasladarse, la gran mayoría de especies exóticas fueron trasladadas y una extensa área del mismo se destinó como parque urbano.