Su tío, Alexandre Benois, fue un famoso pintor, fundador del grupo de arte Mir iskusstva.
Su padre, Yevgueni Nikoláievich Lanceray, fue un conocido escultor y su madre, que era la hermana de Alexandre Benois, tenía predilección por el dibujo.
A partir de su adolescencia, Zinaída Serebriakova se esforzó por expresar su amor por el mundo y por mostrar su belleza.
Cuando en 1916 Alexandre Benois recibió el encargo de decorar la Estación Kazanski en Moscú, invitó a Yevgueni Lanceray, Borís Kustódiev, Mstislav Dobuzhinsky, y Zinaída Serebriakova para ayudarle.
Serebriakova tomó el tema del Oriente: India, Japón, Turquía y Siam se representan alegóricamente en forma de mujeres hermosas.
Al mismo tiempo comenzó a hacer composiciones sobre temas de la mitología clásica, pero estas quedaron inconclusas.
Todas las reservas de Neskúchnoye habían sido saqueadas, por lo que la familia llegó a sufrir hambre.
Tuvo que renunciar a la pintura al óleo en favor de técnicas menos costosas, carboncillo y lápiz.
Así, el trabajo de Serebriakova, durante este período, se centra en la vida teatral.
Al finalizar este trabajo, tenía la intención de volver a la Unión Soviética, donde su madre y los cuatro hijos permanecieron.
Las obras de Zinaída Serebriakova se exhibieron por último, en la Unión Soviética en 1966, en Moscú, Leningrado y Kiev, con gran éxito.