Akitu

En el Próximo Oriente, también aparece desde la antigüedad la noción de que los dioses determinan el destino de todos los seres, incluidos los humanos, cada vez que se alcanza un Año Nuevo.En esa fecha, dictaminan la suerte que han de correr en los meses venideros hasta el próximo año.Marduk estaría luchando hasta la llegada de Nabu, cuando rompería esa puerta y se produciría una batalla de la que finalmente, Nabu saldría victorioso y liberaría a Marduk.Allí se decide unir todas las fuerzas de los dioses y otorgarlas a Marduk.En la antigua filosofía asiria de la Creación, en general, se consideraba como un pacto entre el cielo y la tierra, siempre y cuando los seres humanos sirvan a los dioses hasta su muerte, por lo que, la felicidad de los dioses no es completa, salvo que los humanos sean felices también.Los dioses regresaban al templo de Marduk (las estatuas volvían al templo) y se reanudaba la vida cotidiana en Babilonia, Nínive, y el resto de las ciudades asirias.Está prisionero en el inframundo hasta que sube de nuevo, al tercer día.La fiesta Akitu se continuó celebrando a lo largo del período seléucida[3]​ y durante el Imperio Romano.Los iraníes celebran tradicionalmente el 21 de marzo como Noruz ("Día Nuevo").
Plano parcial de Babilonia con el Éufrates a la izquierda, el Esagila abajo y la Puerta de Ishtar arriba.