El-Gabal, o, en su forma latinizada Elagabal o Elagabalus (Heliogábalo) era una antigua deidad solar siria, cuyo culto llegó a Roma durante el reinado del emperador romano Heliogábalo, a principios del siglo III d. C. El-Gabal era venerado originalmente en la ciudad siria de Emesa.[1] El culto de El-Gabal fue introducido en Roma por el emperador Marco Aurelio Antonino, que antes de su acceso al trono imperial había sido sumo-sacerdote del dios en Emesa.Por ese motivo, el emperador es llamado Heliogábalo (Elagabalus), del nombre latino de la deidad.[4] Sobre esta piedra, escribe el historiador Herodiano: Herodiano narra también que el emperador Heliogábalo obligaba a los senadores a mirar mientras él danzaba en torno al altar de la deidad al son de tambores y címbalos,[4] y que cada solsticio de verano celebraba un gran festival, popular entre las masas porque se distribuía comida gratuitamente,[6] durante el cual la piedra sagrada era colocada en un carro adornado con oro y joyas, que desfilaba por la ciudad: El emperador intentó también unificar las religiones romana y siria bajo la supremacía de su dios, al que situó incluso por encima de Júpiter,[7] y al que asignó como esposa a Astarté, Minerva o Urania, o a algún tipo de combinación entre las tres.Según algunas fuentes, el emperador declaró además que judíos, samaritanos y cristianos debían realizar también sus ritos en el Elagabalium, para que así este "pudiera incluir los misterios de cualquier forma de culto".
Aureus
romano que representa a El-Gabal. En el reverso se lee la inscripción:
Sanct Deo Soli Elagabal
(
Al Santo Dios Sol Elagabal
), y se representa un carro de oro tirado por
cuatro caballos
, transportando la piedra sagrada del templo de
Emesa
.