Zagalejo

En los siglos XVII y XVIII se llamó también guardapiés.[6]​ Sorprende, como en muchos términos del tesoro lingüístico de la lengua castellana, la variada cantidad de referencias literarias que describen el uso del zagalejo en la vestimenta (y otros contextos más 'imaginativos').[7]​ Como ejemplos, muy dispares entre sí, pueden mencionarse estas citas de Valle-Inclán o Gabriel Miró:También es abundante la documentación que el zagalejo ofrece en el folclore musical.Por su valor de puente entre la cultura tradicional española y su espejo o influencia en la América hispana, puede citarse el estribillo final de esta canción del compositor canario Néstor Álamo:[7]​ a cargarme la talla; no te alongues, ansina palante que pué que te caigas, y estáte quieto, no juegues que me rompes