El carácter del joven William trató de combinar ambos mundos en un extraño misticismo científico, que le permitía a la vez rechazar la religión tradicional y el cientificismo ateo.Allí se empapó de los cuentos de hadas que contaba la gente humilde de Irlanda; su misma madre le contó muchas historias de duendes y gnomos, mientras que los campesinos relataban experiencias y encuentros con la «gente pequeña»; sin lugar a duda, este periodo marcó para siempre su espíritu, como él mismo admitió: «El lugar que realmente tuvo mayor influencia en mi vida fue Sligo».En 1884 intentó en vano asistir al Trinity College; más tarde y sin estar completamente seguro, entró en la Escuela Metropolitana de Arte de Dublín, donde empezó a estudiar pintura.Comenzó a escribir poesía en un estilo simbolista, pues estaba interesado, sobre todo, en la poesía francesa simbolista de aquel tiempo, y empezó a experimentar con vivencias paranormales y con el espiritismo.Los elementos simbolistas se hallaban en diálogos de tono poético en los que irrumpía lo místico y lo onírico.Resultó ser muy benéfico para él, pues puso en orden su vida y renovó su poesía, incitándole a experimentar con la escritura automática.Tras la tan anhelada independencia de Irlanda, fue elegido senador para este nuevo país en 1922 y permaneció en el cargo hasta 1928.En 1925 escribió el tratado esotérico Una visión, donde expresa su creencia en la íntima relación entre la imaginación poética y los arquetipos universales.Según el historiador Giordano Berti (en Claves y secretos del Tarot, Barcelona, Salvat, 2005, p. 23) en esta obra, la más complicada del poeta, se pueden ver reminiscencias de la enseñanzas esotéricas de la Golden Dawn sobre el Tarot; las "28 encarnaciones", como explicaba Yeats, son fases de la transformación del ser humano.[5] Después de que los blueshirts empezaran a radicalizarse en Irlanda, Yeats se distanció del movimiento, pero mantuvo una fuerte preferencia por el liderazgo autoritario y nacionalista.