Deirdre

Cuando aún estaba en el vientre de su madre, durante un festín en la corte del rey Conchobar mac Nessa del Úlster, se escuchó un grito desgarrador que hizo a los caballeros pelear entre sí: provenía de la propia Deirdre.

Pasaron los años, y Deirdre, convertida en una hermosa joven, ya casi estaba lista para ser la esposa de Conchobar.

No obstante, Deirdre lo obligó a fugarse con ella, acompañados por Ardan y Ainle, los valientes hermanos de Naoise.

La anciana, sospechando de Conchobar y queriendo proteger a Deirdre, mintió afirmando que la joven había perdido su hermosura.

No obstante, Conchobar envió a otro espía, Gelbann, quien, descubierto por Naoise, se quedó tuerto cuando éste le arrojó una pieza de ajedrez hecha de oro, pero logró comunicarle a Conchobar que Deirdre seguía siendo tan perturbadoramente bella como siempre.

Por este motivo, Conchobar le preguntó a Deirdre cuál era la persona que ella más odiaba, aparte de él mismo.

"El lamento de Deirdre", dibujo de J. H. Bacon, circa 1905.