Virgen de las Nieves (Benacazón)

Es Patrona de Benacazón desde tiempo inmemorial, y Alcaldesa Honoraria Perpetua desde 1997, cuando el Excmo.

La Señora se apareció en sueños a los esposos y les indicó lo siguiente: allí donde nevara en agosto habrían de construirle una iglesia.

No obstante, otros historiadores afirman que la devoción a la Virgen de las Nieves estaba arraigada con anterioridad al siglo XVII.

En este debate, hay argumentos a favor y en contra del origen condal de la devoción.

A favor encontramos el hecho de que muchos pueblos que estuvieron bajo la influencia del Conde-Duque tienen sus templos mayores dedicados a esta advocación: Olivares, Salteras, Villanueva del Ariscal, Sanlúcar la Mayor...

Ya en 1578, según un Libro protocolo consultado en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla (A.G.A.S.)

por el eminente historiador aljarafeño D. Antonio Herrera García, en ese año ya estaba el templo parroquial bajo la advocación de Santa María la Blanca, lo que constata la devoción que los benacazoneros le profesaban.

Durante las sucesivas epidemias de peste que asolaron Sevilla en 1800, 1819 y 1833, se dice que ningún benacazonero contrajo aquel mal a pesar de haber mantenido el contacto con la capital, y este hecho se atribuyó a la acción milagrosa de la Virgen, por lo que su fama recorrió todos los pueblos del Aljarafe, e incluso llegó a la ciudad hispalense a través del barrio de Triana.

Es Patrona de Benacazón desde tiempo inmemorial, y Alcaldesa Honoraria Perpetua desde 1997, cuando el Excmo.

Las primeras fotografías tomadas a la imagen nos enseñan una talla de madera muy hierática, con rasgos arcaicos, que permitirían suponer que se trata de una escultura realizada, posiblemente, a finales del siglo XVI.

Sin embargo, no opina así el historiador aljarafeño D. Antonio Herrera García que, en su libro sobre la historia de Benacazón, afirma que ya en 1578 existía una imagen de Nuestra Señora de bulto en el altar mayor, pero que debió ser sustituida en el siglo XVIII por la actual.

En cuanto a la imagen del Niño de Dios que porta la Virgen en su brazo izquierdo, se trata de una talla de madera que se ha atribuido recientemente a Manuel Gutiérrez-Reyes Cano[6]​ en la segunda mitad del siglo XIX por el parecido estético con otras imágenes del artista, y que ha cambiado realmente poco su aspecto con respecto a la actualidad, como se puede observar en las fotografías antiguas.

Ha sido restaurado a finales de 2016, recuperando su aspecto y policromía originales.

El presbiterio es la parte más antigua y fue labrado dentro de la Torre Mocha, un torreón defensivo de época musulmana, posiblemente almohade (siglo XII) y que pasa por ser la construcción más antigua del pueblo.

[10]​ En su cúpula de paños se aprecian unas pechinas sobre trompas angulares, típicamente mudéjares.

Fue reparado en 1778 por el retablista José Barela,[12]​ y ha sido recientemente restaurado por Dña.

El elegantísimo retablo que la preside fue encargado por el albacea de D. Fernando Portocarrero, Pedro de Guzmán,[13]​ al escultor Juan Martínez Montañés y realizado en dos fases: 1618[14]​ y 1632.

Se labran ahora las portadas, el artístico exterior del camarín sobre la fachada este de la Torre Mocha y la torre campanario, siendo estas obras inspeccionadas por el arquitecto Tomás Zambrano.

Este órgano fue construido por José Antonio Mouran y fue estrenado en 1783, siendo utilizado en la actualidad gracias a la completa restauración a la que fue sometido por D. José Roldán Banda, organista natural de Benacazón.

Estas fiestas son, con total seguridad, herederas de un modelo que se puede considerar perfectamente desarrollado ya en el siglo XIX, y que ha ido evolucionando con el paso de los años.

Por la tarde, hubo carreras de cintas, y a las 21:00 h. se celebró el tradicional Santo Rosario cantado por las calles del pueblo.

Sin embargo, aquí encontramos la primera diferencia, puesto que en la procesión del 5 de agosto ya no se cita que salgan, junto a la Patrona, ni San José, ni San Antonio ni el Santísimo Corpus Christi, aunque la función de la mañana sí siga estando dedicada al Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Ya en los años 80 del siglo XX el desarrollo de las fiestas era más similar al que tiene lugar en la actualidad.

No obstante, en 1944 ya encontramos la celebración de un triduo en los días previos, lo que entraría en contradicción con esta teoría.

[35]​ Además, por esta época ya se instalaba una caseta municipal en alguna plaza del pueblo, donde tenían lugar diversas actuaciones.

Testimonios orales cuentan que durante los años 60 y/o 70 la Virgen comenzó a ser trasladada a la Cruz de los Caídos (actual Plaza de la Cruz Mármol) para que se efectuase allí la ofrenda, hasta que finalmente, tras el reclamo de los vecinos del Prado, se decidió trasladarla hasta allí.

Como muestra de que la balanza en cuanto a feria y fiestas se acabó decantando, en esta época, por la primera, están los días que tuvieron lugar las Nieves en 1998, del 4 al 9 de agosto.

Así, durante la década del 2000, la feria no dejó de crecer, y en 2007 llegó a su máxima expansión con 51 casetas.

María Bernal Ramírez (2009), D. Miguel García Franco (2010), D. Felipe Moreda Jiménez (2011), D. José Antonio Camacho Ortiz (2012), D. Manuel Jesús Pérez Luna (2013), Dña.

Como curiosidad, ese año hubo dos programas de las fiestas: uno elaborado por la Parroquia y otro por el Ayuntamiento.