Este pueblo es mayormente conocido por sus fiestas patronales, donde gente de todos los lados acude a divertirse en el día más especial de todos, llamado “El especial Trabuco”,[3] donde la gente se disfraza y festeja sus fiestas patronales.
Se trata de un impresionante manantial situado a pocos kilómetros del pueblo.
Para aprovechar turísticamente estos recursos paisajísticos, el Ayuntamiento construye actualmente un pequeño campamento junto al camino que sube a la sierra de San Jorge junto al cauce del arroyo de las Chozas.
Al igual que en los municipios cercanos, el hombre estuvo aquí presente desde la prehistoria tal como lo demuestran los yacimientos arqueológicos del término municipal, pero después del período romano y su continuación con la presencia de los visigodos, la zona apenas si aporta señales de presencia humana importante.
Prehistoria y Edad Antigua Al igual que en los municipios cercanos, el hombre estuvo presente desde la Prehistoria, tal como lo demuestran los yacimientos arqueológicos encontrados en el pueblo, pero después del período romano y su continuación con la presencia de los visigodos, la zona apenas aporta señales de presencia humana importante.
Testimonios a los que se añaden las dos magníficas estatuas romanas localizadas en Villanueva del Trabuco –una femenina y otra que representa al dios Mercurio con un caduceo y un cordero a sus pies –, así como un medallón en bronce de Trajano estudiado por el profesor Rodríguez Oliva.
Sería a partir del siglo XVI cuando estas tierras fueron repobladas y, con los nuevos habitantes, el valle recobró vida y aquellos lugares sin nombre empezaron a ser conocidos e identificados con topónimos que ya figuraban en las crónicas de la época.
El Partido del Trabuco, hacia el año 1639, con una media de cuatro miembros por cabeza de familia, tendría una población en torno a unos 100 habitantes, comprendidos puntos rurales como los que se citan en la relación (Pozo Román, El Vínculo, …), topónimos conservados en la actualidad.
[4] Cuenta una leyenda, sin ninguna base historiográfica ni documento que la respalde, que existía una venta en un cruce próximo al pueblo, cuyo propietario, para proveerse de víveres se dirigía a Archidona.
En su continuos viajes era asaltado por los caminos y le robaban las mercancías, por lo que decidió comprarse un trabuco (arma de fuego), del que no se separaba ni a sol ni a sombra, de ahí, que cuando iba a Archidona decían “aquí viene el tío del trabuco”.
Dicha leyenda se contrapone también al hecho de que el nombre del Trabuco como pueblo, aldea, venta o sitio ya existía desde 1478 y aparece reflejado en multitud de documentos, mapas y otros de los siglos XVI, XVII y XVIII sin que se hubiera inventado aún el trabuco-escopeta al que refiere la leyenda.
Simultáneamente, el duque de Osuna obsequia a la parroquia con ornamentos litúrgicos de plata y capas pluviales fabricadas en tejidos ricos, además de dotaciones más específicas como el hierro para fabricar hostias, que otorgaba a la parroquia independencia a la hora de fabricar el pan para consagrar, un misal y manual romano nuevo y tres libros tamaño folio forrados en pergamino y en blanco, para iniciar la vertiente archivística de la andadura parroquial.
Un siglo después, la población rondaba los 5000 habitantes; sin embargo, durante las décadas de los 70 y 80 experimentó un descenso considerable.
[7] La administración política del municipio se realiza a través de un Ayuntamiento de gestión democrática cuyos componentes se eligen cada cuatro años por sufragio universal.
En la legislatura previa (2011-2015), el Partido Socialista Obrero Español de Andalucía (PSOE-A) obtuvo 7 concejales, frente a 3 del Partido Popular Andaluz (PP), 2 Unión Progreso y Democracia (UPyD) y 1 Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía (IULV-CA).
En cuanto a la artesanía en Villanueva del Trabuco históricamente se ha trabajado el esparto, la mimbre y la madera, fundamentales para la creación de los utensilios necesarios para las actividades cotidianas.
La oferta gastronómica de Villanueva del Trabuco es bastante amplia y variada.
Entre todos los platos destaca el potaje, llamado popularmente "olla", el guisillo de San José, las migas, la porra, los pestiños...
Este plato es típico en temporada de verano, se puede acompañar con uvas y pepino.