[1] La primera referencia a este diseño de carro de combate se encuentra en una carta de Leonardo da Vinci a Ludovico Sforza –el entonces Duque de Milán–, datada en torno a 1482-1483, que fue compilada en el Codex Atlanticus junto a otros escritos del sabio italiano.
[7][1][4] Sin embargo, no hay constancia de que se llegase a construir un prototipo del vehículo,[8] probablemente debido a las limitaciones técnicas de su diseño.
[10][4] Esta innovadora disposición del blindaje en ángulo oblicuo desviaba los proyectiles con una gran efectividad, superior a la del blindaje vertical de los primeros carros de combate modernos en la Primera Guerra Mundial.
[4][13] En cualquier caso, los problemas inherentes al diseño del vehículo le restaban gran parte de su potencial utilidad práctica; por citar un ejemplo, la tripulación tenía que realizar un esfuerzo físico excesivo para operar su sistema de tracción.
Por este motivo, da Vinci le encarga al protagonista ficticio Ezio Auditore que destruya los planos y el prototipo de su vehículo de combate.