Existen distintos sabores y variantes con vegetales o carne, así como varias marcas por todo el mundo.
Ese año, Andō desarrolló unos fideos precocinados y deshidratados, con sabor a pollo.
Ya que en ese país no estaban acostumbrados al empaquetado tradicional de este alimento, Andō diseñó una copa grande de poliestireno reutilizable, que sólo necesitaba agua caliente y reposo para su preparación.
La aceptación del producto hizo que Andō creara una empresa subsidiaria para vender los vasos de fideos en el extranjero, primero en todo el continente asiático -donde tiene su mayor cuota de mercado-[5] y después en otros lugares como Estados Unidos y Europa.
Después se vuelve a tapar durante tres minutos, hasta que los fideos estén listos.