Valdepinillos

Todos se acaban uniendo para sumarse al Sorbe entre Valdepinillos y La Huerce.

La historia del lugar se remonta a la conquista de Toledo en el año 1085 por el rey Alfonso VI y a la posterior repoblación de la meseta castellana entre los ríos Duero y Tajo por parte de habitantes del Norte, principalmente vascos y cántabros.

El Condado de Galve como tal quedó disuelto, aprovechando los habitantes de Valdepinillos para comprar todo el terreno común y propio que formó el municipio y territorio circundante.

Hacia mediados del siglo XIX, la localidad contaba con una población de 80 habitantes.

En medio del bosque, ya cubiertas por los árboles y la maleza, existen unas tainas o casillas agrupadas alrededor de una fuente con un pilón o abrevadero que en otro tiempo fueron usadas para guardar el ganado.

Al estar situado sobre materiales sedimentarios las lajas de pizarra no están tan disponibles como en las zonas próximas al pico Ocejón, como en Majaelrayo o Campillo de Ranas, por lo que su uso se limita a los tejados y a algunos trozos sueltos en los muros, que están construidos en piedra.

Es uno de los pueblos mejor conservados con un trazado y arquitectura rural casi intacta, solo modificada por el paso del tiempo y los ajustes propios de la adecuación a tiempos actuales.