Vía del ser inteligente y del gobierno del mundo

Immanuel Kant, en la Crítica de la razón pura, mostró la imposibilidad del conocimiento racional de Dios, rebatiendo los modelos metafísicos que afirmaban su existencia.

William Paley, con respecto a esto, afirmó que la complejidad de la naturaleza no puede ser reducida al azar, usando la analogía del relojero, pero la comunidad científica rechaza esta formulación particular del argumento, ya que la teoría de la evolución propone un desarrollo gradual de los seres complejos, a partir de seres más simples.

Las finalidades y regularidades observadas podrían haber surgido de otros mecanismos alternativos o podrían no necesitar ningún mecanismo del que surgir.

La discusión, que sigue hoy abierta, concierne tanto a los límites legítimos de la inferencia humana como a la propia existencia de la divinidad.

En su libro Summa Theologiae, Tomás de Aquino enseña lo que es conocido como Quinque viae, cinco argumentos que pretenden probar racionalmente la existencia de Dios.