[1] Aunque humildes en su concepción, los Viacrucis locales forman parte del patrimonio histórico-artístico, cultural y religioso de la comarca.
La expresión «Vía Dolorosa», sin embargo, no comenzó a utilizarse de forma habitual en Europa hasta el siglo XVI.
Otro personaje en la historiografía de la Pasión es el sacerdote católico y teólogo Christianus Crucius Adrichomius (1533-1585), en cuya obra Jesusalen sicut Christi tempore floruit (1584) refiere ya doce estaciones, que se corresponden con las actuales.
Los Vía Crucis o Calvarios para la práctica de esta devoción cristiana se difundió por toda Europa desde finales del siglo XVII, con catorce estaciones.
[2] El Calvario actual fue restaurado después de la Guerra Civil Española (1936-1939) y discurre por la parte alta del camino que lleva al cementerio, margen derecha del mismo, de forma que dos últimas estaciones (XI-XII) están adosadas a las tapias del cementerio a modo de pilastras, y las dos últimas (XIII y XIV) son exentas, situándose sobre pilón en un rellano frente al camposanto.
Las cerámicas poseen una inscripción en la parte inferior (orden de estación, en números romanos, y texto alusivo a cada una).