Inició como un taller familiar creado por Dimas Uriarte, pero hoy en día es dirigida por un grupo empresarial; no obstante, la empresa sigue utilizando los métodos de fabricación del siglo XVI.
La auténtica Talavera todavía se realiza con los mismos métodos de fabricación utilizados en el siglo XVI y está hecha a mano.
[4][5] El artista catalán Enrique Luis Ventosa llegó a Puebla en 1897, en un momento en que la artesanía estaba en peligro de desaparecer.
Ventosa trabajó con este y otros talleres para revivir la artesanía, logrando un éxito evidente para 1907.
Los dos hombres colaboraron para elevar la calidad de las piezas utilitarias y a la vez crear obras únicas de arte cerámico introduciendo el arte precolombino en los motivos junto con las influencias islámicas, chinas e italianas ya presentes.
También experimentaron con algunos otros diseños, como un resurgimiento del lustre hispano-musulmán y cociendo óxidos a diferentes temperaturas para cambiar la apariencia de los esmaltes.
[4][5] Las piezas son registradas con un número de serie y la mayoría están firmadas por el artesano que las crea.
[4] El taller ha trabajado con artistas como José Luis Cuevas, Jan Hendrix, Ricardo Regazzoni, Manuel Felguérez y Georgina Farías para crear nuevos diseños; estos forman parte de una colección llamada «Talavera contemporánea», que engloba 130 piezas diseñadas por 57 artistas.