Cada tubo está afinado para producir una nota específica de la escala musical.
Solo ocasionalmente es posible encontrar tubos construidos de vidrio, porcelana, plástico, o aún roca.
Una vez que el metal se ha enfriado, el mismo es cortado en trozos, que son enrollados y conformados alrededor de moldes llamados mandriles de conformado y son soldados unos a otros.
Existen formas de tubos cuboides con secciones transversales cuadradas o rectangular.
El extremo del tubo opuesto a la boca puede estar abierto o cerrado.
Un tubo abierto produce un tono en el que participan tanto los armónicos pares como los impares, mientras que un tubo cerrado, tal como un bordón, produce un tono básicamente con los armónicos impares.
El tono de un tubo cerrado tiende a ser más dulce y amable que el tono de un tubo abierto, aunque esto queda sujeto a la discrecionalidad del ejecutante.
Por ello se utiliza la longitud de un tubo para identificar su tono por ejemplo un diapasón abierto de "8 pies" se refiere a la longitud del tubo más largo del rango.
El sonido en un tubo labial se produce solo por la vibración del aire sin el accionamiento de ninguna parte móvil, en forma similar a lo que ocurre en una flauta dulce o un silbato.
El aire de los fuelles es conducido por conductos hasta una abertura y enviado contra un "labio" filoso.
Los tubos labiales por lo general pertenecen a alguna de las tres familias tonales: flautas, diapasones (o principales), y cuerdas.
Esto corta el vacío y permite que la lengüeta regrese a su posición abierta.
Así es posible que los tubos de lengüeta cerrados imiten a algunos instrumentos musicales históricos, tales como el cromorno o el regal.