Hay silbatos hechos de madera, los cuales se llegan a oír en música alegre, dígase en algunas canciones del género samba.
Hay silbatos de alta frecuencia, los cuales son prácticamente inaudibles para los humanos, mas algunos animales, como los perros, pueden oírlos.
A veces, pueden aparecer silbidos no intencionales; por ejemplo uno muy común es el techo abierto de un vehículo o los bordes: el aire que pasa sobre la parte superior del vehículo puede, en ciertas velocidades, chocar con el borde posterior del techo, creando una frecuencia muy baja o silbido que resuena en el interior del coche cerrado.
Estas frecuencias bajas pueden provocar náuseas, dolor de cabeza, desorientación y mareo.
Un silbato subsónico se ha desarrollo para usarse como arma al crear deliberadamente una sensación de inquietud en un enemigo.