Con la llegada del siglo XX se produjo un renovado interés por la música antigua, por lo que el instrumento ha vuelto a ser interpretado nuevamente.
Su nombre viene del alemán Krummhorn,[2] que significa "cuerno (-horn) curvo (Krumm-)".
Una característica inusual del cromorno es su forma; el extremo se curva hacia arriba, con lo que el instrumento recuerda a una banana, o para ser más prosaico, una letra "J".
Aunque teóricamente es posible obtener hasta 12 tonos sobre la nota fundamental, ello es extremadamente difícil ya que la lengüeta no está al alcance de la boca.
Los modelos más grandes extienden su rango hacia el registro grave por medio de agujeros adicionales y llaves, o controlando la presión del aire.