Ya que los pillajes eran frecuentes, las tribus se agrupaban en enormes caravanas para viajar de un lado a otro del desierto.
Las tribus árabes se sustentaban en estructuras fuertemente patriarcales, por lo que el liderazgo de la tribu, la autoridad moral y el derecho a la propiedad se reservaba únicamente a los hombres.
Cada uno tenía a cargo una familia, harén de mujeres e hijos, y podían poseer esclavos.
No fue hasta principios del siglo XX que los nombres árabes comenzaron a hacerse más similares en estructura a los nombres occidentales, aunque con ciertas áreas forman excepciones: por ejemplo, en Malasia, los nombres islámicos siguen un patrón patronímico, al igual que un subconjunto en Afganistán, Pakistán y Bangladés.
Los nombres árabes se pueden dividir en cinco partes (por orden): Según la tradición genealógica árabe del siglo XIV, existen tres grandes ramas de árabes: En la actual península arábiga sigue existiendo el nomadismo, aunque poco a poco el sedentarismo va ganando terreno, debido a las mejoras tecnológicas que abastecen a la población de recursos y a los esfuerzos del gobierno de Arabia Saudí.