El desarrollo de este fármaco se fundamentó en la hipótesis del dolor mental, postulada inicialmente para estudiar pacientes en los que se pensaba que tenían depresión por razón de un umbral disminuido para el dolor.
[2] La trazodona se indica para el tratamiento de la depresión clínica que cursa con o sin ansiedad.
Se ha indicado la trazodona para controlar el insomnio,[8][9][10] incluyendo en pacientes con fibromialgia, así como otros trastornos del sueño y las pesadillas.
Esto parece probable debido a que la actividad de la trazodona como antihistamínico es relativamente débil y probablemente clínicamente insignificante; por lo tanto, no puede explicar el efecto inductor del sueño de la trazodona.
En particular, la trazodona carece de cualquier afinidad por los receptores muscarínicos y por lo tanto, no produce efectos secundarios anticolinérgicos.
La trazodona se comporta como un agonista parcial del receptor 5-HT1A, similar a la buspirona y trandospirona, aunque con mayor actividad intrínseca.
[28][29][30] Sin embargo, la investigación científica no ha apoyado esta hipótesis y el mCPP incluso puede antagonizar la eficacia de la trazodona, así como producir otros efectos secundarios.
El riesgo de síndrome serotoninérgico y la toxicidad se pueden ver aumentado asociado al Hypericum perforatum.