Tratado de Saint-Germain-en-Laye (1679)

[1]​ Algunos autores lo consideran el peor revés político del elector Federico Guillermo I. Francia lo obligó a ceder la parte sueca de lo que consideraba su legítima herencia pomerana, que había conquistado tras cuatro años de campañas.[5]​ Por entonces, Gran Bretaña, el Electorado de Brandeburgo, los Países Bajos y Dinamarca le eran hostiles.[6]​ Posteriormente, Federico Guillermo I, elector de Brandeburgo se sumó a la alianza antifrancesa.[12]​ Luis XIV, sin embargo, no tenía ningún interés en granjearse las simpatías brandeburguesas, ni necesitaba su colaboración militar.[12]​ Sí tenía, por el contrario, gran interés en que Suecia no perdiera territorio alguno como consecuencia de su alianza y ayuda a Francia.[12]​ Los franceses ya habían ocupado el Ducado brandeburgués de Cléveris y asediaban Minden y se negaron a aceptar que Federico Guillermo conservase la Pomerania sueca a cambio de que les cediese sus provincias del Rin, como propuso el elector.[1]​ También en 1679, Brandeburgo firmó una alianza secreta con Francia: esta prometió respetar la soberanía brandeburguesa durante diez años y pagar un subsidio anual de cien mil libras a cambio de que sus tropas tuviesen paso franco por el territorio del elector.
La Pomerania Sueca (en azul) y el Electorado de Brandenburgo con la Pomerania brandeburguesa (en naranja) entre los tratados de Stettin (1653) y Saint-Germain-en-Laye (1679)
Luis XIV de Francia , cuyo apoyo permitió a Suecia recuperar los territorios perdidos durante la guerra.