Tratado de Madrid (1801)

Desde 1799 Francia, con Napoleón Bonaparte en el gobierno, se encontraba inmersa en la guerra contra la Segunda Coalición, formada por Gran Bretaña, Rusia, el Sacro Imperio Romano Germánico, el Imperio otomano, Portugal y Nápoles, que unidos intentaban contener las ambiciones expansionistas francesas en Europa y norte de África.

España y Francia, que habían visto interrumpidas por la Revolución francesa las alianzas políticas y militares recogidas en los Pactos de Familia, restablecieron a finales del siglo XVIII las buenas relaciones entre ambos.

En 1796 firmaron el tratado de San Ildefonso por el que ambos se comprometían a mantener una política militar conjunta contra su enemigo común, Gran Bretaña.

Portugal mantenía desde la Edad Media una alianza firmada con Gran Bretaña, en virtud de la cual ambos países se comprometían a darse ayuda mutua.

[2]​ El 20 de mayo el ejército español comandado por Manuel Godoy penetró en territorio portugués ocupando algunas plazas del Alto Alentejo, dando comienzo a la efímera guerra de las Naranjas (las tropas auxiliares francesas quedaron en la retaguardia, sin llegar a entrar en Portugal[3]​).