En la Armada existen dos libros que recopilan las normas y procedimientos a seguir ante innumerables situaciones.
Han sido extraídos de iguales libros que poseen las marinas más antiguas del mundo, especialmente la española y la inglesa.
Es empleado por personal de todos los rangos para rendir honores, transmitir órdenes, etc. tanto a bordo como en tierra.
En los veleros es insustituible por su tono agudo y gran alcance que lo hace sobresalir por sobre el ruido del viento en los temporales.
Esta costumbre comenzó en 1940, cuando el presidente de la República Pedro Aguirre Cerda dispuso que en las Fuerzas Armadas los días jueves se hicieran empanadas para el almuerzo.
Luego, los antiguos navegantes hacían esta ceremonia para congraciarse con Neptuno, rey del mar a quien temían.
La ceremonia comienza cuando el buque llega a latitud 0°, momento en que aparece Neptuno, la reina Anfítrite, el médico real, el escribiente real y todos los delfines, tiburones, serpientes de mar y otros seres mitológicos que constituyen su corte.
Terminada la ceremonia, a los iniciados se les entrega un diploma que los acredita como miembros del «Reino de Neptuno».
Su origen data de las guerras entre ingleses y neerlandeses en el siglo XVII, cuando el almirante neerlandés Cornelis Tromp demostró levantando una escoba en el palo más alto de su navío que había «barrido del mar a quienes logró vencer en una batalla».
Durante muchos años, las tres franjas blancas fueron asociadas con las victorias obtenidas por el almirante Nelson en Aboukir (1798), Copenhague (1801) y Trafalgar (1805), creencia que según varios historiadores no tiene asidero alguno.