Su vinculación con grupos de la Iglesia católica le ha valido el rechazo por sectores liberales y progresistas.
Pero pocos días después, habiéndose producido la leve sanción por parte de la Santa Sede contra fray Leonardo Boff por sus posturas teológicas, este fue apoyado por 17 arzobispos y obispos brasileños, quienes se declararon expresamente inconformes con tal «intromisión» del Vaticano en los asuntos de la Iglesia en el Brasil, hecho que no hizo emitir a la CNBB desaprobación alguna para tales prelados, como hubiese sido lo esperado.
Elemento doctrinariamente relevante de los movimientos TFP es la crítica, según estos muy documentada, a la infiltración social-comunista en las filas del clero católico, actividad cuyo fundamento teórico sería la afirmación del filósofo y teórico marxista italiano Antonio Gramsci de que no hay que enfrentarse a la Iglesia, sino infiltrarla.
En 1999, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia afirmaron que TFP daba apoyo a los grupos paramilitares.
En relación con Chile, TFP (mediante el agricultor y periodista brasileño Fabio Vidigal Xavier da Silveira, que viajó como corresponsal al país andino) publicó en 1968 la obra Frei, el Kerensky chileno, que denuncia al gobierno del Partido Demócrata Cristiano chileno como un intento de sectores izquierdistas católicos para introducir el marxismo en Chile.