Los Heraldos del Evangelio,[1] también conocidos en algunos lugares como Caballeros de la Virgen[2] (en latín Evangelii Præcones, cuya sigla es E.P.
Según sus propios datos, cuenta con más de cuatro mil miembros (mayoritariamente jóvenes) de vida común y están presentes en 50 países distribuidos del siguiente modo: África (8), Asia (6), Europa (13), Norteamérica y Centroamérica (12), Oceanía (1), Sudamérica (10).
[5][6][7] Sus orígenes provienen del pensador brasileño Plinio Corrêa de Oliveira[8] (1908-1995), fundador de la asociación ultraconservadora y tradicionalista Tradición, Familia y Propiedad, del cual monseñor João Clá Dias fue su secretario personal durante 40 años y en quien se inspiró para fundar los Heraldos del Evangelio después de su fallecimiento en 1995.
El hábito (vestimenta) de esta asociación es otra característica peculiar.
Los Heraldos tienen varias similitudes con órdenes de caballería medievales, como los caballeros templarios, los caballeros teutones, entre otras, similitudes que van desde sus reglas internas como los votos de castidad, pobreza, devoción altruista y una vida monástica rígida y disciplinada, hasta el derecho a responder directamente ante el Papa, concedido por decreto del propio Vaticano,[16] además de poder ordenar a sus propios sacerdotes y construir sus propias iglesias.
[20][21] Para el año 2011, la Sociedad Virgo Flos Carmeli contaba con 83 sacerdotes, 34 diáconos y 483 miembros permanentes.
[22] En su medallón figuran los tres símbolos principales de los Heraldos: las llaves de San Pedro (que simbolizan al Papa), María Santísima y la Santísima Eucaristía.
De esta cadena pende el Rosario, recomendado a menudo por María en sus apariciones.
[33][34] Un elemento de esta investigación fue un vídeo presentado por el periodista italiano Andrea Tornielli,[35] director editorial del Dicasterio para la Comunicación, en un artículo publicado en el periódico italiano La Stampa,[36][37] que mostraba a varios miembros de los Heraldos del Evangelio escuchando la descripción de un "exorcismo".
En el vídeo, un sacerdote que está de pie junto al fundador lee en voz alta varias afirmaciones hechas supuestamente por un demonio durante un exorcismo, afirmando que "el Vaticano es mío," y prediciendo la muerte del Papa Francisco, causando las risas de algunos de los miembros del grupo, entre ellos Clá Dias.
[41][42] Las denuncias incluyen abusos psicológicos, humillaciones, acoso sexual y violaciones.
Para el diputado, el Estatuto para la Niñez y Adolescencia no es respetado por los Heraldos.
A la salida, el equipo del programa fue acosado e insultado por seguidores de la asociación y un hombre llegó a lanzar un puñetazo al automóvil de los reporteros.